10 Ago Santiago Bilinkis
[vc_row css_animation="" row_type="row" use_row_as_full_screen_section="no" type="grid" angled_section="no" text_align="left" background_image_as_pattern="without_pattern" css=".vc_custom_1501357041013{margin-top: 50px !important;}"][vc_column width="2/3"][vc_empty_space height="20"][vc_column_text] SANTIAGO BILINKIS [/vc_column_text][vc_empty_space height="20"][vc_row_inner row_type="row" type="full_width" text_align="left" css_animation=""][vc_column_inner][vc_column_text]La resistencia al cambio no es un defecto. Es una parte esencial de lo que somos. Es resultado de la evolución natural y por ende se forjó decenas de miles de años atrás. Cuando encontrabas una receta que funcionaba bien para sobrevivir, los individuos más propensos a adoptar esas fórmulas se adaptaban mejor al medio y dejaban más descendencia. A la larga, la inercia a repetir lo que funciona se convirtió entonces en un aspecto crucial de nuestro linaje como especie. Ese aprendizaje quedó grabado en nuestro cerebro en la forma de un sesgo cognitivo, una conducta que opera afectando nuestra manera de leer la realidad y de tomar decisiones sin que siquiera seamos conscientes de ello. Santiago es economista, graduado con Medalla de Oro en la Universidad de San Andrés, emprendedor y tecnólogo. En...